22/7/09

La ascension del jazmin

Es un perfume de jazmín. La noche
mantiene por el cielo de verano,
sobre negruras de profunda seda,
el brillo de los astros.

En el amplio silencio transparente
hay un latido de agua soterrada
que rompe con espumas de rumores
la soledad cercana.

Desde el pretil de mi ventana insomne,
en esta dulce calma veraniega,
he sentido el amor de todo el mundo
abandonar mis venas.

Sólo un aroma fino que trasmina,
en albura estrellada por el mundo.
Transparencia del alma que ya ha roto
accidentales nudos.

Se perciben silencios siderales
que anulan los rumores de la tierra.
Como por un espejo, sin ruído,
resbalan las estrellas.

Y hay una fuerza pura, encelestiada,
que nos eleva, claros, por el aire,
sin gravedad ni llanto de sentidos,
ya hermanos de los ángeles.

...Es un perfume de jazmín. La noche,
cegando los estanques del recuerdo,
nos arrastra los ojos y la vida
a mansión de luceros.

Joaquín Romero Murube.

7/7/09

UNIFICANDO





En el antiguo Egipto, como en otras muchas culturas, se creía que el corazón era el centro de la vida y por tanto, donde residía el alma. Aristóteles también lo pensaba. El corazón como residencia del espíritu fue un concepto muy poderoso durante siglos. En la Edad Media sin embargo se creía que cada persona poseía tres almas: una en el hígado, otra en el corazón y otra, no visible, que no se ubicaba en ningún sitio ya que se consideraba inmaterial.
Luego, entre los años 1620 y 1675; un grupo de científicos inaguraron una nueva era, la “era neurocéntrica”, que afirmaba que el alma está en la mente, en el cerebro y en las neuronas que lo componen, y así se sigue pensando hoy día. Sin embargo yo me pregunto: ¿Podría un cerebro existir por sí solo?
Los seres humanos nos empeñamos contínuamente en colocar cada cosa donde nos interesa y mantenerlas bien definidas y ubicadas en el espacio-tiempo, ya que pensamos que el espacio-tiempo tal y como lo entendemos, es todo cuanto existe. Nos gusta dotar de identidad propia a todo lo que conocemos, y separarlo del resto para que esa identidad no se vea amenazada por otras identidades. Andamos contínuamente separando y ubicando cosas en los sitios más pintorescos en un afán insolente por controlarlo y definirlo todo conceptualmente. Nuestras ansias de "atrapar" la realidad y hacer que se parezca lo más posible a lo que nuestro carácter inmaduro desea, nos hace crear separaciones y más separaciones por lo que a menudo nuestra vida nos parece insatisfactoria, pobre e incompleta.
Cuando un médico occidental trata a un paciente, normalmente y agrandes rasgos, lo hace considerando al órgano a tratar como independiente del resto del cuerpo, u observa como mucho la relación con los otros órganos de forma muy somera. No realiza un estudio completo y amplio del ser, incluso del aspecto psicológico y emocional. Si este médico no considera la estrecha unión entre el yo psicológico y el yo corporal, nunca llegará a la raíz de la dolencia y dificilmente podrá ayudar a su paciente de forma íntegra.
Si no aprendemos a desarrollar una visión amplia de nuestra existencia y el medio en el cual se desarrolla, jamás seremos capaces de superar ese sentimiento de ruptura, de separación con todo lo que nos rodea, sentimiento que intuyo, es uno de los grandes obstáculos que tenemos casi todos los seres humanos para desarrollar todo nuestro potencial, es decir para alcanzar nuestra plenitud de ser.
Normalmente nuestra falta de integración hace que vivamos con nuestro corazón corriendo en una dirección y nuestra mente en otra. Esta es la guerra civil interna en la que la mayoría de nosotros vivimos inmersos, y esta es la situación que nos hace tener en la mayoría de los casos una visión deformada de la realidad.
La acción vital verdaderamente creativa, constructiva y bella para nuestras vidas y la de los demás, surge a mi entender cuando razón e intuición, mente y cuerpo, sistema simpático y parasimpático, actúan naturalmente si conflictos, es decir, cuando encontramos espontáneamente la paz para la guerra civil interior en la que contínuamente vivimos.
Los grandes artistas marciales lo saben bien, porque llevan toda la vida practicando el arte de armonizar todo lo que son en movimientos precisos y justos que les conducen a la certeza de que todo ocurre sólo e irrepetiblemente aquí y ahora. Cuando se practica con el cuerpo sin darle todo el protagonismo a la mente reflexiva, dejando que cada órgano, cada gesto, cada latido de corazón cumpla su función sin interferencias, inmediatamente surge la sensación de que todo está perfecto tal y como está, es decir, cada cosa en su sitio perfectamente descolocada (ja ja ja). Pero para esto debemos reconocer primero que somos unos mal educados, ya que nuestra mente y nuestro cuerpo se han vuelto mal educados el uno con el otro, con nosotros mismos y con los demás. Por ello, cuando alguien comienza la práctica del Karate Do por ejemplo, de momento piensa que esas posturas son antinaturales, sienteN que su cuerpo las rechaza, como un niño criado a base de boyicaos rechaza una buena ensalada.
Este sentimiento de ruptura que sufrimos en silencio como las hemorroides, influencia profundamente al ser sexual que también somos. Si somos sinceros deberemos reconocer que tras muchas conversaciones inocentes, tras muchas noches de fiesta con amigos, tras muchas ganas de ser alguien y ganar dinero, tras muchas horas de entrenamientos para moldear nuestro cuerpo y sentirnos bien, en última instancia existe un deseo sexual reprimido y enmascarado con lo socialmente correcto. El desconocimiento profundo del sexo, de la energía sexual que mueve el mundo nos hace practicarlo como máquinas. Pensamos demasiado en el sexo por que buscamos inconscientemente volver a la unión con el todo, añoramos más que nada dejar de estar "separados" del resto, volver al vientre materno donde estábamos tan agustito, fundidos con el cuerpo de nuestra madre. El volver a unir, según mi opinión, es el deseo y el anhelo que mueve nuestra existencia. De hecho, durante el orgasmo hay un instante en el que uno no es nadie, simplemente sin mente, sin ego, puro gozo, fusión con el otro y con el todo. Pero es tan corto y pasa tan desapercibido para la mayoría de nosotros que al rato seguimos obsesionados con volver a practicar sexo. Eso sin tener en cuenta que en otras muchas ocasiones el cuerpo está practicando sexo,la mente pensando en sus cosas y el corazón hecho un lío porque no sabe a cual seguir.
Según la sabiduría tántrica y el sentido común, hacer el amor con alguien a quien no se ama es como hacer el amor con un cadáver, dos seres que se aman deberían aproximarse el uno al otro como quien se aproxima a lo divino, esto posiblemente hará replantearnos nuestra vida social-sexual, pero quizás deberíamos replantearnos primero que es lo que entendemos por amor. Sin compartir la alegria de vivir no hay amor, sólo instinto animal y egoísmo. Pero como practicaremos el verdadero sexo, cómo viviremos una verdadera vida si nuestro cuerpo está aquí, nuestra mente allá y nuestro corazón partido en dos queriendo seguir a ambos... Más allá del miedo quizás esté la respuesta.


José Luis Villalonga

4/7/09

REGRESIONES




Varios lectores me han escrito pidiendo información sobre regresiones y considero que es un aspecto muy interesante que amerita análisis.

En primer lugar entendamos lo que es una regresión. Partiendo de la premisa que somos parte integral de un ente multidimensional cuya existencia es eterna y múltiple, entonces esto quiere decir que cada uno de nosotros, potencialmente, tenemos la capacidad de "recordar" o "reconocer" distintos aspectos de esa existencia de nuestro propio ser. O sea, que somos mucho más que nuestros cuerpos físicos y que existimos en muchas otras dimensiones y realidades.

El término "regresión" denota una relación directa con el concepto de "vidas pasadas", por ende la necesidad de remontarse al pasado para explorar o lograr acceso a ese conocimiento. Yo difiero un poco con este punto de vista en que no creo que nuestra existencia multidimensional sea un fenómeno de tiempo y espacio lineal como lo entendemos en esta vida. Para mí no existe el pasado ni el futuro, sólo el presente, y dentro de ese marco de referencia no hay cabida para la interpretación de "vidas pasadas". Yo prefiero la interpretación de "existencias simultáneas" que se interrelacionan de forma tal que todas se afectan entre sí.

El proceso para entrar en una regresión es mediante una meditación guiada o hipnosis. Lo que se busca es alterar las ondas cerebrales para alcanzar el nivel de consciencia en el cual es posible lograr la visualización. Es similar al sueño. Para poder soñar nuestro cerebro TIENE que estar emitiendo ciertas ondas cerebrales. El relajamiento del cuerpo es muy importante pero, por lo general, la persona puede permanecer consciente/despierta durante toda la sesión de regresión.

Yo tiendo a ser sumamente práctica y por lo tanto recomiendo que cualquier persona que busque someterse a una regresión debe tener un asunto o pregunta claramente definida sobre lo que quiere recibir más información o comprensión. Por ejemplo, la primera vez que me sometí a una regresión fue con la intención de entender la dinámica de una relación amorosa en que me encontraba. De esa manera me resultó fácil asociar la "vida" que experimenté con esa relación específica.

La regresión en sí es relativamente simple. Una vez se logra el estado de relajamiento necesario, la persona que induce la regresión va formulando preguntas que se contestan rápidamente y sin analizar las respuestas. No he conocido nunca a alguien que después de una regresión no me diga que: "fue todo producto de mi imaginación, me inventé todo lo que respondí". Por supuesto que sí. ¡Eso precisamente es lo que se busca! La diferencia está en que nuestra INTENCIÓN permite a la imaginación entablar una conexión directa con el subconsciente. Los relatos de experiencias que generan las regresiones SIEMPRE afectan a la persona a nivel emocional de manera transformadora.

Permítanme regresar a mi propio ejemplo a modo de ilustración. Mi regresión me llevó a una ciudad costera en Italia durante el siglo XVII. Vi a una joven de familia acaudalada encontrándose en secreto con un joven humilde a punto de partir en un barco para ir en busca de fortuna. La joven queda emocionalmente destruida. El resto de su vida no hace mas que sufrir por la pérdida de ese amor y pasa gran parte de su tiempo mirando hacia el mar añorando su regreso. Él regresa, ya hombre maduro, pero el reencuentro ocurre cuando ella se encuentra en su lecho de muerte.

Este relato, aparentemente común y simple, tuvo un efecto desgarrador en mi. Pasé toda la regresión llorando de manera descontrolada y luego me tomó un par de días superar la sensación de total depresión, agobio y resquebrajamiento emocional. Yo también reaccioné inmediatamente después de la sesión diciendo que había sido todo producto de mi imaginación. Lo que no podía explicar en base a "simplemente mi imaginación superactiva" era por qué me había afectado tanto.

¿Me ayudó la experiencia? Sí. El hombre en cuestión y yo estábamos constantemente despidiéndonos porque las circunstancias nunca nos permitían pasar mucho tiempo juntos. Yo estaba siempre diciéndole adiós y viéndolo partir en sus grandes aventuras por auto o avión. Después de recuperarme de la macurca emocional que produjo la regresión, pude analizar con el desprendimiento necesario que tenía que aprender a aceptar sus ausencias sin permitir que me consumieran y desmoronaran emocionalmente. Me di cuenta que lo que me impactó profundamente durante la regresión fue ver la manera en que la mujer permitió que su amor perdido destruyera su vida, que le robara de toda motivación en esa existencia.

Lo magia radica en que a partir del momento que ENTENDÍ la lección de la regresión comencé inmediatamente a reaccionar de forma diferente en mi relación. A la larga nos despedimos definitivamente, sin que me afectara emocionalmente, y continué muy feliz con mi vida. No me cabe la menor duda que sin la experiencia de la regresión mi resolución en esta relación habría tomado mucho más tiempo y pesar.

En definitiva lo importante no es si en "realidad" viví o no en una ciudad costera en Italia en el siglo XVII. Los detalles del relato son inconsecuentes. La clave está en que fue ESE, y no cualquier otro, el relato que me entregó mi imaginación/subconsciente cuando me propuse encontrar la solución al dilema de mi relación. El proceso fue catalizador para mi en ESOS MOMENTOS. Ese es el valor y función que desempeña en nuestra psiques cualquier experiencia de regresión