31/12/08

PALABRAS DEL SILENCIO

Durante zazen, pensar que la mente, el espíritu, reposa en la palma de la mano izquierda. Como si lo acunarais en su regazo. Dejaos descansar, dejaos ser... En la medida de lo posible generad una sonrisa delicada desde lo más profundo de vosotros mismos. Intentad generar empatía, comprensión, amor por sí mismo.

El maestro Deshimaru repetía constantemente: ¡Zazen, es pensar con el cuerpo!, pensar sin pensar, hishiryo.
El intelecto se agota corriendo de aquí para allá intentando comprender, atrapar aquello que no puede ser entendido con el intelecto. ¡Taitoku!, la sabiduría del cuerpo...
Cientos, miles, millones de pensamientos, acciones, palabras se han dado en cada uno de los momentos de la vida de cada uno de nosotros hasta encontrarnos hoy aquí, en este espacio y en este tiempo como un sólo cuerpo, un solo espíritu.
Así, se puede entender que aunque la caída del fruto del árbol se produce de forma súbita, el proceso de maduración hasta ese momento es un camino lento, preciso y silencioso. Algo ha madurado en cada uno de nosotros para sentarnos hoy aquí todos juntos en zazen. Sigamos pues creando las condiciones necesarias para que nuestro proceso de maduración de su fruto ilimitado para bien de todos los seres.

Palabras surgidas de mi corazón durante una sesión de zazen en la Herradera con un grupo de siete amigos y amigas.
José Luis Villalonga.

6/12/08




Antes, a menudo, muchas personas me decían que me encontraban bastante guapo. Antes, a menudo, yo casi siempre veía en mí todos los defectos, todas las carencias. Ahora que muchos me miran extrañados, yo me observo y me encuentro realmente bello...

Mario

Os presento a Mario. Un amigo malagueño de mi hermana Delia y mi cuñado Oliver que un buen día se colgó una mochila cogió 400 euros y se fue a la India. Y allí lleva más de 6 meses trabajando con niños sordos de las comunidades desfavorecidas. Todo un ejemplo...

Mi disfraz de poeta IV

A menudo te recuerdo,
te rescato de entre mis sueños más bellos
y por un instante creo tocarte
con la curiosidad inusitada del niño.
Le robo espacios a mi silencio
y te ofrezco mis palabras hechas versos.
A menudo te sueño,
y casi nunca quiero despertar.
Feliz prisionero de mis anhelos pienso,
soñar es solo soñar.
Clavado en la espesura de lo efímero
más cerca tus labios siento,
más vuelvo a sentir que muero
pues no te puedo besar.






Nos descubrimos pronto.
Recuerdo que llovía y juntos,
salimos a empaparnos como niños.

Tú, mirabas callada y yo,
tímido como siempre,
en mi silencio ya te amaba.

Nos descubrimos una tarde de primavera
y desde entonces mi corazón
va contigo.

Mi carne, mi sangre,
ya no se dónde encontrarlas
mi mente escindida vaga de aquí para allá sin respiro.

Nos descubrimos pronto
y con tu luz en medio de mi oscuridad
alumbraste mi camino.






Vamos a ver las calles
vestirse de marrón y malva.
Vámonos juntos, como niños
a saltar y a jugar en los charcos.
Coge mi mano y no dudes al caminar.
Mira de frente y siénteme a tu lado,
y tócame, bésame con dulzura
que pronto, todo será pasado.




Tus ojos entre marrones y verdes
bajo la luz de la luna.
Me recuerdo suavemente
dormitando en tu cintura.
Tu piel, que entonces fue mía
y tu valle de espesura,
me devolvieron al hombre,
aliviaron mi locura.
Te recuerdo como te quise,
te quise como a ninguna.





Sentencia:

No encuentro ningún motivo
especial para amarte...
Salvo la total y completa
certitud de que te amo.




José Luis Villalonga.