31/7/08

Amar, amar, amar...

No podemos negarlo: necesitamos amor. Poco importa que nuestras inversiones en bolsa vayan viento en popa o que estemos en paro; poco importa que seamos cultos o analfabetos; poco importa que hayamos alcanzado la fama y el reconocimiento o vivamos en el mas perfecto anonimato. Todos necesitamos amor. Sin amor nada tiene brillo ni color. No hay herida, por profunda que sea, que el suficiente amor no pueda curar. Necesitamos amor. Más bien necesitamos amar. ¿Dónde podemos encontrar la fuente del amor? Es muy grato sentirse amado. No obstante ser amado no es lo mismo que amar. Cuando somos amado recibimos el amor de otra persona y nosotros somos el objeto positivo de los efectos del amor. Ser amado es una bendición. La verdadera fuerza del amor se despierta, no obstante, cuando es uno mismo el que ama, activamente. El verdadero amor es una radiación que parte del propio corazón, nos envuelve a nosotros mismos, nos colma y nos desborda expandiéndose e impregnando todo cuanto nuestros ojos ven o nuestras manos tocan. La verdadera riqueza es amar. Amar es la fuente de toda felicidad. Al amar, damos. Al ser amado, recibimos. Por lo general, todos queremos ser amados y recibir mucho amor de los demás. Incluso nos encolerizamos cuando alguien no nos da el amor que necesitamos. Sin embargo, el verdadero gozo es amar por activa, dar amor, dar sin esperar nada a cambio. Amar no es lo mismo que invertir esperando una ganancia. Amar es dar, dar, dar...


Por desgracia, el matrimonio convencional se parece demasiado a menudo a una empresa que dos socios han fundado poniendo cada uno un capital inicial de amor. A partir de ahí ambos se preocupan sólo de recoger los beneficios de la inversión inicial sin darse cuenta de que un pozo que no mana y del que se está extrayendo continuamente agua acaba por secarse.


La fuente del amor se encuentra en nuestro propio corazón, aunque a veces está encenagada por el cieno del miedo. Tenemos que atrevernos a limpiarla y amar sin miedo.


Dokushô Villalba

EVASION O VICTORIA


Podemos dedicar nuestro tiempo de vida a innumerables tareas. Algunas de ellas son necesarias, tales como trabajar para comer y vivir dignamente. Otras son meras distracciones, pasatiempos, evasión. Los seres humanos tenemos una muy arraigada tendencia a la evasión. Nuestra mente representativa, nuestra imaginación y nuestras fantasías constituyen un inigualable estudio de creación cinematográfica. Hollywood es una burda imitación americana de los estudios internos de nuestra propia mente.

Viajamos cada vez más. Hacemos turismo. Visitamos el Partenón, las Pirámides egipcias, la Gran Muralla, las playas caribeñas, los desiertos argelinos. A esto le llamamos “conocer mundo”. En realidad, estamos huyendo de nosotros mismos. Buscamos evadirnos de esta gran interrogación: ¿Quién soy yo? Nos evadimos de nuestra ignorancia recreando o visitando países exóticos. Huimos de la conciencia de nuestra propia mortalidad. “Las Pirámides son eternas. Yo he estado en las Pirámides, luego yo soy eterno”.

Nuestra vida individual es efímera como una gota de rocío. Sin embargo, la energía que nos anima es sagrada. “La eternidad es un instante de conciencia. Un instante de conciencia abarca toda la eternidad”, escribió un poeta anónimo. ¿A qué podemos y debemos consagrar la energía sagrada de nuestra vida-conciencia?
Fue Abrahan Maslow, el padre de la psicología humanista, quien dijo: “Te advierto que si te conformas con menos de eso a lo que aspira tu alma, nunca encontrarás satisfacción”.

¿Cual es la aspiración más profunda de nuestra alma? Si te conformas con menos que eso, no serás feliz, aunque recorras todos los países y paisajes nationalgeographicos, aunque seas el protagonista de las más caras superproducciones de tu propia productora mental and company.

La vía que indica lo Absoluto sin rodeos es para aquellos que ya no quieren perder más el tiempo, que no quieren distraerse, ni evadirse. La conciencia continua de la propia mortalidad es la mejor entrada a esta Vía. Este que está aquí ahora escribiendo estas palabras es alguien que va a morir. Este o esta que está ahora leyendo estas palabras es alguien que va a morir. Tu hijo es alguien que va a morir. Tu amante, tu pinche patrón, tu empleado negligente, el presidente del gobierno y los inspectores de Hacienda son gente que va a morir. No te olvides nunca de esto. ¿Cuando moriré? ¡Ahora! La muerte siempre sucede ahora. No pienses que morirás en el futuro por que el futuro no existe. Lo único que existe es este instante presente. De igual manera, tu muerte también “sucederá” en este instante presente. Entonces, cuando estés muriendo te darás cuenta de que el tiempo es un sueño. Antes, mucho antes, de que te des cuenta de ello ya estarás en este ahora que es el ahora del momento de morir. ¿Como podemos perder el tiempo jugando al monopoly, a hazañas bélicas, a Casanova o a Madame Bovary?


Extraido de la Obra Riqueza Interior. Enseñanzas del Maestro Zen Dokushô Villalba.


“¿Cómo podemos perder el tiempo...?˝

Las personas de nuestra sociedad actual no queremos implicarnos en nada serio. No queremos contraer ningún compromiso, no exterior, ya que esto no es tan difícil, si no un compromiso interior, un compromiso con uno mismo. Vivimos en la sociedad de los estímulos, en la sociedad de la evasión. Las grandes campañas de marketing, la televisión, los eventos deportivos y la telenovela de nuestra vida nos alientan contínuamente y sin descanso a evadirnos.

Fumemos algún porro de vez en cuando, hagamos una buena botellona y veamos un buen partido de fútbol, dejemos que Papá y Mamá sigan pagándonos las facturas y no nos comamos mucho el tarro. Dejemos que todo caiga del cielo y sigamos evadiendonos de nuestra responsabilidad de seres humanos. Pero eso si, llegado el momento pongámonos unos pantalones anchos, colguemonos un collar de perlitas marrones y apuntémonos unos meses a yoga para potenciar nuestra autoimagen de ser especial y espiritual que escucha música psicodélica y quiere hacer siempre muchas cosas pero al final todo se queda en la última calada del porro.

Este está siendo el verano de los pantalones anchos y de las personas que me preguntan una y otra vez por el budismo y la espiritualidad (como si yo supiese algo... ) Sin embargo, siento que no es más que una moda. Otra mierda de disfraz para ligar más, resultar más interesante o conocer gente. Ponemos “buditas” por todos lados, quemamos incienso para que no huela tanto a hierva y nos tiramos en la playa a ver una puesta de sol de lo más mística, pero a la hora de la verdad seguimos con la evasión de nosotros mismos como imbéciles que tratan de huir de su propia sombra.



Comentario de José Luis Villalonga.

29/7/08

FUNCIONARIOS

LOS VALORES DEL FUNCIONARIADO...

¿Que ocurre con los funcionarios?. No se puede generalizar y afortunadamente no todos son iguales, pero cada vez se extiende más la imagen del funcionario pletórico y feliz que al aprobar un exámen pasa ese límite (ficticio) entre el trabajador "normal" y el superhombre/mujer que está por encima del bien y del mal.

Sin ir más lejos hace poco hablaba con uno de éstos el cual, tan frescamente se jactaba de no hacer absolutamente nada cobrando por ello un sueldo bastande abultado. Además, no es la primera vez que lo oigo de este ni de otros y la verdad, que llegado un punto toca un poco lo que rellena la parte alta de los pantalones, sobre todo al pensar que éstas personas flojas e irresponsables por vocación, cobran sus horas de “no hacer nada” con el dinero generado con el esfuerzo de todos nosotros.

Todos tenemos un tiempo limitado en este mundo y según mi humilde opinión, el sentido de ese tiempo es lo que seamos capaces de hacer, nuestro legado, nuestra aportación para nuestros hijos, hermanos, amigos, nuestra aportación a la vida. Por eso me causa una gran tristeza que haya tantas personas que afirmen tan frescamente: mi aportación y el sentido de mi vida es no hacer nada. Es un error de bulto que se transmite de padres a hijos cuando nos dicen: tú aprueba unas oposiciones y ríete de todo, porque ya no tendrás que hacer nada, muchos siguen la moda por inercia y le dan la razón a quienes lo afirman.

Un síntoma inequívoco de madurez es la responsabilidad con la que nos tomamos nuestro tiempo de vida y nuestros actos en la misma y en este sentido, un funcionario que tiene el poder de desarrollar su trabajo con mayor tranquilidad y estabilidad, debería aprovechar este recurso maravilloso para dentro de su parcela de acción, hacer grandes cosas en la educación, los servicios, o el campo que sea dependiendo del gremio en que se inscriba.
Si te dice alguien incluso de tu círculo más íntimo de amigos que es funcionario, que cobra mucho y no hace completamente nada no asientas sin más, porque por un lado estarás contribuyendo a que se extienda este grandísimo error y por otro estarás rebajando tu dignidad como trabajador que aporta su esfuerzo a todos los que te rodean no solo para cobrar un sueldo que te permita vivir, sino también para construir esta obra maravillosa que es nuestra vida. Para terminar mi más sincero agradecimiento a esas personas que habiendo aprobado unas oposiciones, ponen toda la carne en el asador para aprovechar su parcelita de acción y hacer una vida mejor, gracias.


José Luis Villalonga

18/7/08

Un día feliz


Cuarenta grados a la sombra y el madero suena llamándonos al dojo. El canto de la chicharra punza en nuestro cerebro recalentado y un mar de olivos plateados nos envuelve en medio del silencio siempre inquietante de un retiro zen. Es mi primer retiro en pleno verano y estoy un poco nervioso. No se que voy a encontrar por ahí adentro ni si seré capaz de mirarme de frente otra vez, pero sea como sea allí estoy dispuesto a entregarme.

Pasan las horas lentas, muy lentas, aquí no vale lo de evadirse. El sonido del metal y la madera marcan nuestro pisar parsimonioso. Nos levantamos a las cinco de la mañana con las estrellas vigilantes y la luna como siempre, nos espera con su mirada limpia y clara. Sesenta y tantas personas fundidas en el ritmo del retiro y "Rafu" con sus Kusen nos va abriendo hacia nosotros mismos.

Pasan las horas lentas y con ellas los días del retiro y al final, el último día recibo la ordenación en una ceremonia fuerte que me llega hondo. El maestro corta un poco de mi cabello y con el, corta también algo de mi que ya no me hace falta. Me siento feliz, siento que estoy donde tengo que estar y la energía de la ordenación me hace recordar la motivación que me llevó allí. Me acuerdo de mi familia, de mis amigos, me acuerdo de mi mismo y también como no, de ti. El maestro no ha conseguido de momento cortarte con mi mechón de pelo. Recibo el Rakusu, el hábito del buda y con él los preceptos del budismo Mahayana. Por el bien de todos los seres renazco en esta mañana de Julio y tomo refugio en esta vía que me ha encontrado para no abandonarme.

Me duelen las rodillas, me duele la espalda, me duele el alma, pero aquí estoy más vivo que nunca. Rafu Triet me enseña mi nombre de Bodisattva en una bella caligrafía de Kanji Japonés y me impresiona la exactitud de su mirada al elegirlo. En la comunidad espiritual recibo mi nuevo nombre, KO KON, "Perseverancia luminosa" para bien de todos los seres... Un día feliz y el corazón un poco más ancho.

José Luis Villalonga.

1/7/08

QUIERO

Quiero...

quiero ser mayor,
quiero que me quieras,
quiero todo mi tiempo,
quiero ser famoso,
quiero descansar,
quiero vacaciones,
quiero mucho sexo,
quiero ser como Beckan
quiero ganar dinero,
quiero gastar dinero,
quiero que acabe el hambre,
quiero que sea de noche,
quiero que me ates,
quiero ser más delgada,
quiero ser modelo,
quiero ser más fuerte,
quiero impresionar,
quiero un BMW,
quiero ser buda,
quiero que me toque la lotería,
quiero emborracharme,
quiero triunfar,
quiero una casa en la playa,
quiero una Beyoncé,
quiero ser rubia,
quiero tocarte el culo,
quiero un tio bueno,
quiero reconocimiento,
quiero estar con todas,
quiero quererme,
quiero independencia,
quiero dejarte,
quiero aprender a volar,
quiero que no me coman el coco,
quiero ser feliz,
quiero viajar,
quiero ser alguien,
quiero que me olvides,
quiero cambiar de coche,
quiero ser más joven,
quiero ser más alta,
quiero una buena siesta,
quiero tener más pecho,
quiero que seas sincero,
quiero ser el mejor,
quiero una pizza carbonara,
quiero amigos perfectos,
quiero que mueras por mi,
quiero la chica perfecta,
quiero al hombre de mi vida,
quiero entender,
quiero mandarte al carajo,
quiero asergurarme el futuro,
quiero volver a empezar,
quiero que me besen,
quiero dejar el trabajo,
quiero tenerla más larga,
quiero llorar,
quiero que me votes,
quiero cancelar mi hipoteca,
quiero que me dejes en paz,
quiero ropa de marca,
quiero que vengas a buscarme,
quiero un MP4,
quiero matar a alguien,
quiero que todo pase,
quiero probar las drogas,
quiero ganar O.T.
quiero salir en la tele,
quiero una play,
quiero ir a Londres,
quiero que gane el Betis,
quiero unos zapatos blancos,
quiero que me desees,
quiero olvidarme de todo,
Te quiero,
quiero pegar el pelotazo,
quiero poseerte,
quiero mi espacio,
quiero no ser maltratada,
quiero ir al Rocío,
quiero que mi mujer no me engañe,
quiero terrrenos para construir,
quiero que no me agobies,
quiero el mostachón de oro,
quiero tener hijos,
quiero hacer un trío,
quiero que me respetes,
quiero ser maestro de algo,
quiero mi sitio,
quiero ver una peli,
quiero conocer gente interesante,
quiero desaparecer,
quiero no saber nada,
quiero no querer nada ...



¡¡¡Acaso no somos unos egoístas de mierda!!!

José Luis Villalonga.